domingo, 10 de junio de 2012

LOS POSIBLES. LA ENERGÍA QUE FALTABA EN LA ESCENA


La danza que despliega esta pieza es propuesta como una necesidad vital del ser humano. Desde lo que se puede ver en escena, que contagia al espectador, hasta el trabajo que hay detrás, donde un grupo de personas estiran los límites de la danza hacia sus vínculos con la sociedad demostrando que este arte del movimiento posibilita la inclusión social.
En la escena puede sentirse la energía de los intérpretes. Tanto los bailarines como el baterista que late con ellos, hacen partícipe al público de sus emociones, sentires, vivires o pensares.
El movimiento sin ser narrativo, construye un relato. El relato de los cuerpos, de su posibilidad, de su existir, su ser eyectados hacia el futuro, hacia delante. También el relato de un cuerpo al margen que puja por su espacio, en una búsqueda particular de pertenencia.
El ritmo y el placer de moverse, expresar, descargar, compartir, comunicar, vivenciar, en definitiva, todo aquello placentero que puede brindar la danza está ahí, en la escena y para compartir. Los intérpretes logran sacudir al público que termina llevando el ritmo en su propio cuerpo.
Una mágica sinergia cinestésica moviliza al espectador en una situación de convivio teatral donde parecen participar todos al mismo nivel.
Esto es gracias a unos intérpretes singulares, bien plantados, presentes en la escena en carne y espíritu, con todo lo que cada uno es puesto encima del fuego. Ellos son fuego. Hay entrega y vitalidad.
También sucede gracias a la música. La batería no cesa con su ritmo, sus cadencias que dan ansiedad y sosiegan, que explotan junto a los cuerpos. La batería baila como otro intérprete que sobrevuela el escenario.
Las luces y la escenografía completan la construcción. Su actuación es sumatoria a una arquitectura del movimiento donde se crea toda una poética de los márgenes. El conjunto genera el ámbito imaginario de las afueras de la urbe. Un espacio donde entra en juego el límite de lo territorial y, por tanto, de la pertenencia.
Así, lo marginal, lo extraterritorial, se hace presente al saltar de los márgenes sociales al centro de la escena.
Esa construcción de las afueras está representada escenográficamente en unas simples estructuras, que junto a los juegos de luces, producen incluso sensaciones térmicas.
Todo lo hace ser genial.
Detrás de escena, el grupo Km29 es un proyecto pluridisciplinario que reúne artistas no sólo de distintas ‘especies’,  sino también personas provenientes de diferentes ámbitos socioculturales. Su propuesta viene de la mano de un apoyo del TACEC (Teatro Argentino. Centro de Experimentación y Creación) de La Plata, donde realizaron exitosamente un par de temporadas.
Por fin arriban a la ciudad de Buenos Aires en coproducción con el Cultural San Martín, para que los porteños (muchos reacios a la movilización más allá de la Gral Paz) puedan disfrutarla.

Qué: Los posibles (http://www.km29.net)
Quién: Intérpretes: Alejandro Alvarenga, Lucas Araujo, Alfonso Barón, Jonathan Carrasco, Jonathan Da Rosa, Pablo Kun Castro, Daniel Leguizamón
Música original y Músico en escena: Ramiro Cairo.- Escenografía e Iluminación: Matías Sendón.- Fotografía: Sebastián Arpesella.- Asistencia general: Marina Sarmiento.- Producción: Juan Onofri Barbato, Marina Sarmiento, Matías Sendón.- Dirección general: Juan Onofri Barbato.-
Dónde: CENTRO CULTURAL GENERAL SAN MARTIN Sarmiento 1551 .- 4373-8367 .- Web: http://www.ccgsm.gov.ar
Cuándo: Domingo - 19:00 hs – Jueves, Viernes y Sábado - 21:00 hs

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